recuperación de drenes
De esta manera, se consigue realizar la reparación de la tubería deteriorada en un plazo menor y con un coste más reducido, ya que se evitan este tipo de obras auxiliares.
La técnica del encamisado de tuberías consiste básicamente en introducir un tubo nuevo de menor diámetro en el interior de la tubería deteriorada, de forma que las aguas sean conducidas por este nuevo tubo en lugar de por el antiguo, evitando así las grietas o roturas que el tubo dañado pudiera presentar.
Mediante este proceso conseguimos mejorar la integridad estructural de la tubería, la fluidez del agua, aumentar la elasticidad frente a presiones de la tubería y, sobre todo, hacer que desaparezcan las juntas de la conducción, que a la sazón son los puntos más problemáticos en lo que a fugas se refiere
